jueves, 14 de abril de 2011

MANIFIESTO A FAVOR DE UNA PSICOPATOLOGÍA CLÍNICA, QUE NO ESTADÍSTICA // MANIFESTE POUR UNE PSYCHOPATHOLOGIE CLINIQUE NON STATISTIQUE // MANIFEST A FAVOR D'UNA PSICOPATOLOGIA CLÍNICA, QUE NO ESTADÍSTICA. // MANIFEST FOR A CLINICAL NON-STATISTICAL PSYCHOPATHOLOGY // MANIFESTO POR UMA PSICOPATOLOGIA CLÍNICA NÃO ESTATÍSTICA // MANIFESTO A FAVORE DI UNA PSICOPATOLOGIA CLINICA CHE NON SIA SOLO STATISTICA.



Mediante el presente escrito, los profesionales e instituciones abajo firmantes, nos manifestamos a favor  de criterios clínicos de diagnosis, y por lo tanto en contra de la imposición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales de la American Psychiatric Association como criterio único en la clínica de las sintomatologías psíquicas.
            
Queremos compartir, debatir y consensuar el conocimiento clínico -logía- sobre el pathos psíquico -padecimiento sintomático, que no enfermedad-  a fin de cuestionar la existencia de una salud psíquica, estadística o normativa, así como la impostura clínica e intelectual del desorden, trastorno, enfermedad mental. También queremos denunciar la imposición del  tratamiento único -terapias tipificadas para trastornos formateados- por el menosprecio que supone a las diferentes teorías y estrategias terapéuticas, y a la libertad de elección de los pacientes. En el momento actual, asistimos al devenir de una clínica cada vez menos dialogante, más indiferente a las manifestaciones del padecimiento psíquico, aferrada a los protocolos y a tratamientos exclusivamente paliativos para  las consecuencias, y no para  sus causas. Tal y como dice G. Berrios (2010) «Nos enfrentamos a una situación paradójica en la que se les pide a los clínicos que acepten un cambio radical en la forma de desarrollar su labor, (ej. abandonar los consejos de su propia experiencia y seguir los dictados de datos estadísticos impersonales) cuando en realidad, las bases actuales de la evidencia no son otras que lo que dicen los estadísticos, los teóricos, los gestores, las empresas (como el Instituto Cochrane) y los inversores capitalistas que son precisamente aquellos que dicen donde se pone el dinero». En consecuencia, manifestamos nuestra defensa de un modelo sanitario,donde la palabra sea un valor a promover y donde cada paciente sea considerado en su particularidad. La defensa de la dimensión subjetiva implica una confianza en lo que cada uno pone en juego para tratar aquello que en él mismo se revela como insoportable, extraño a sí mismo, pero sin embargo familiar. Manifestamos nuestra repulsa a las políticas asistenciales que persiguen la seguridad en detrimento de las libertades y los derechos. A las políticas que, con el pretexto de las buenas intenciones y de la búsqueda del bien del paciente, lo reducen a un cálculo de su rendimiento, a un factor de riesgo o a un índice de vulnerabilidad que debe ser eliminado, poco menos que a la fuerza.

Para cualquier disciplina, la aproximación a la realidad de su campo se hace a través de una teoría. Este saber limitado no tendría que confundirse con La Verdad,  pues, supondría actuar como una ideología o religión,  donde cualquier pensamiento, acontecimiento o incluso el lenguaje utilizado, está al servicio de forzar el re-ligare entre saber y verdad. Todo clínico con un cierto espíritu científico sabe que su teoría es lo que Aristóteles llamaría  un Organon, es decir, una  herramienta de acercamiento a una realidad siempre más plural  y cambiante, y donde las categorías encontradas han de dejar espacio a la manifestación de esa diversidad, permitiendo así una ampliación tanto teórica como práctica. Esta concepción se opone  a la idea de un canon, en el sentido de lo que necesariamente, obligatoriamente y prescriptivamente las cosas son y han de funcionar de determinada manera. Todos sabemos las consecuencias de esta posición que va de lo orientativo a lo normativo, prescriptivo para, finalmente, convertirse en coercitivo. Es ahí donde el saber se convierte en el ejercicio de un poder en tanto sancionador, en un sentido amplio, de lo que obedece o desobedece a ese canon. Ordenación de la subjetividad al Orden Social que reclaman los mercados. Todo para el paciente sin el paciente. Un saber sin sujeto ya es un poder sobre el sujeto. Autoritarismo científico, lo llama J. Peteiro.  Por todo esto queremos manifestar nuestra oposición a la existencia de un Código de Diagnostico Único Obligatorio y Universal.

Por otra parte, el modelo a-teórico del que hace gala el DSM, y que se ha querido confundir con objetividad, nos habla de su falla epistemológica.  Baste recordar su indefinición sobre qué podemos entender como trastorno mental, así como por salud psíquica. Los contenidos de esta taxonomía psiquiátrica responden mucho más a pactos políticos que a observaciones clínicas, lo que da lugar a un problema epistemológico muy grave.

En cuanto al método clasificatorio del DSM, constatamos que se puede clasificar, amontonar o agrupar muchas cosas, pero eso no es establecer una entidad nosográfica en un campo determinado. Por último, y en la misma línea que lo anterior, la estadística empleada en el DSM tiene un punto de partida débil: la ambigüedad del objeto sobre el que se opera, es decir, el concepto de trastorno mental. La estadística se presenta como una técnica, un utensilio que puede ser puesto al servicio de múltiples causas y de todo tipo. Son las personas quienes manejan los ítems y valores de base de la curva estadística, pero también quienes deciden el deslizamiento, más o menos hacia los márgenes de lo que se va  a cuantificar e interpretar posteriormente.
En este contexto de pobreza y confusión conceptual, la próxima publicación del DSM-V supone una clara amenaza: nadie quedará fuera de aquello que se detiene, de lo que enferma. No quedará espacio para la salud, en términos de cambio, de movilidad, de complejidad o de multiplicidad de las formas. Todos enfermos, todos trastornados. Cualquier manifestación de malestar será rápidamente transformada en síntoma de un trastorno que necesita ser medicalizado de por vida. Éste es el gran salto que se realiza sin red epistemológica alguna: de la prevención a la predicción.
Umbrales diagnósticos más bajos para muchos desórdenes existentes o nuevos diagnósticos que podrían ser extremadamente comunes en la población general, de esto nos advierte Allen Frances, jefe de grupo de tareas del DSM IV,  en su escrito Abriendo la caja de Pandora. Refiriéndose a los nuevos trastornos que incluirá el DSM-V, este autor cita algunos de los nuevos diagnósticos problemáticos: el síndrome de riesgo de psicosis, («es ciertamente la más preocupante de las sugerencias. La tasa de falsos positivos sería alarmante del 70 al 75%»). El trastorno mixto de ansiedad depresivaEl trastorno cognitivo menor, («está definido por síntomas inespecíficos... el umbral ha sido dispuesto para    incluir un enorme 13.5% de la población».)  Trastorno de atracones. El trastorno disfuncional del carácter con disforia. El trastorno coercitivo parafílico. El trastorno de hipersexualidad, etc. Aumenta, por tanto, el número de trastornos y aumenta también el campo semántico de muchos de ellos, como el famoso TDAH, ya que se permite el diagnóstico basado sólo en la presencia de síntomas, no requiriendo discapacidad y, además, se reduce a la mitad el número de síntomas requeridos para adultos. El diagnóstico de TDAH también se contempla en presencia de autismo, lo cual implicaría la creación de dos falsas epidemias e impulsaría el uso aumentado de estimulantes en una población especialmente vulnerable.
Si juntamos este manejo estadístico con la heterogeneidad temática de los grupos de trabajo, que se multiplican y que van desde la identidad de género, pasando por la adaptación de los impulsos, hipersexualidad, cambios de humor etc., no podemos obviar que las clasificaciones internacionales pretenden una autonomía total respecto de cualquier marco teórico, y por ende, libre de cualquier tipo de control de rigor epistémico. Sin embargo, no creemos que las clasificaciones y tratamientos puedan ser neutrales respecto a las teorías etiológicas, como se pretende, y al mismo tiempo ser neutrales respecto de la ideología del Control Social, e intereses extra clínicos.

Paul Feyerabend, en El mito de la ciencia y su papel en la sociedad, nos dice: «Básicamente, apenas si hay diferencia alguna entre el proceso que conduce a la enunciación de una nueva ley científica y el proceso que precede a una nueva ley en la sociedad». Parece ser, sigue diciendo este autor en Adiós a la razón, que: «El mundo en que vivimos es demasiado  complejo para ser comprendido por teorías que obedecen a principios (generales) epistemológicos. Y los científicos, los políticos -cualquiera que intente comprender y/o influir en el mundo-, teniendo en cuenta esta situación, violan reglas universales, abusan de los conceptos elaborados, distorsionan el conocimiento ya obtenido y desbaratan constantemente el intento de imponer una ciencia en el sentido de nuestros epistemólogos».

Finalmente, queremos llamar  la atención  del peligro que supone para la clínica de las sintomatologías psíquicas, que los nuevos clínicos estén formateados, deliberadamente, en la ignorancia de la psicopatología clásica, pues,  ésta responde a la dialéctica entre teoría y clínica, entre saber y realidad. Psicopatología clínica que ya no se enseña en nuestras facultades ni en los programas de formación de los MIR y PIR. Y sin embargo, se les alecciona en el paradigma de la indicación... farmacológica:  universalización prescriptiva para todos y para todo, y que en nada se diferencia  de una máquina expendedora de etiquetas  y reponedora de medicación.  El resultado que denunciamos es un desconocimiento de los fundamentos de la  psicopatología, un escotoma importante a la hora de explorar a los pacientes y, en consecuencia, una limitación más que considerable a la hora de diagnosticar.

En tanto que el conocimiento es la forma más ética que tenemos de acercarnos a nuestra plural realidad, no ha de ser un problema la coexistencia de diferentes saberes sobre la complejidad del ser humano.

Por todo ello proponemos llevar a cabo acciones con el objetivo de poner límite a todo este proceso incrementalista de las clasificaciones internacionales, y trabajar con criterios de clasificación que tengan una sólida base psicopatológica y, por tanto, que provengan  exclusivamente de la clínica.

 
                                                            Barcelona, a 14 de Abril de 2011




AGRADECEREMOS LA MÁXIMA DIFUSIÓN DE ESTE PRIMER MANIFIESTO (al que seguirán otros de diferentes países).

Información y contacto:  stopdsm@gmail.com

Los Grupos e Instituciones que deseen adherirse a la campaña, pueden enviar un correo a stopdsm@gmail.com



MANIFEST A FAVOR D'UNA PSICOPATOLOGIA CLÍNICA, QUE NO ESTADÍSTICA.

Mitjançant el present escrit, els professionals i institucions sotasignades, ens manifestem a favor  de criteris clínics de diagnosis, i per tant en contra de la imposició del Manual Diagnòstic i Estadístic dels Desordres Mentals de l’American Psychiatric Association com a criteri únic en la clínica de les simptomatologies psíquiques.

Volem compartir, debatre i consensuar el coneixement clínic -logia- sobre el pathos psíquic -patiment simptomàtic, que no malaltia-  a fi de qüestionar l'existència d'una salut psíquica, estadística o normativa, així com la impostura clínica i intel·lectual del desordre, trastorn, malaltia mental. També volem denunciar la imposició del  tractament únic -teràpies tipificades per a trastorns formatats- pel menyspreu que suposa a les diferents teories i estratègies terapèutiques, i a la llibertat d'elecció dels pacients. En el moment actual, assistim a l’esdevenir d'una clínica cada vegada menys dialogant, més indiferent a les manifestacions del patiment psíquic, aferrada als protocols i als tractaments exclusivament pal·liatius per a les  conseqüències, i no per a  les seves causes. Tal com diu G. Berrios (2010) «Ens enfrontem a una situació paradoxal en la qual se'ls demana als clínics que acceptin un canvi radical en la forma de desenvolupar la seva labor, (ex. abandonar els consells de la seva pròpia experiència i seguir els dictats de dades estadístiques impersonals) quan en realitat, les bases actuals de l'evidència no són unes altres que el que diuen els estadístics, els teòrics, els gestors, les empreses (com l'Institut Cochrane) i els inversors capitalistes que són precisament aquells que diuen on es posen els diners». En conseqüència manifestem la nostra defensa d'un model sanitari, en el que la paraula sigui un valor a promoure i en el que cada pacient sigui tingut en compte en la seva particularitat. La defensa de la dimensió subjectiva implica una confiança en allò que cadascun posa en joc per tractar el que en ell mateix es revela com a insuportable, estrany a si mateix, però, no obstant això, familiar. Manifestem la nostra repulsa a les polítiques assistencials que persegueixen la seguretat en detriment de les llibertats i els drets. A les polítiques que, amb el pretext de les bones intencions i de la recerca del bé del pacient, el redueixen a un càlcul del seu rendiment, a un factor de risc o a un índex de vulnerabilitat que ha de ser eliminat, poc menys que per força.

Per a qualsevol disciplina, l'aproximació a la realitat del seu camp es fa mitjançant una teoria. Aquest saber limitat no hauria de confondre's amb "La Veritat",  doncs suposaria actuar com una ideologia o religió,  en la qual qualsevol pensament, esdeveniment o fins i tot el llenguatge utilitzat, està al servei de forçar el re-ligare entre saber i veritat. Qualsevol clínic amb un determinat esperit científic sap que la seva teoria és el que Aristòtil anomenaria un Organon, és a dir, una eina d'acostament a una realitat sempre més plural  i canviant, i en la qual les categories oposades han de deixar espai a la manifestació d'aquesta diversitat, permetent així una ampliació tant teòrica com pràctica. Aquesta concepció s'oposa a la idea d'un cànon, en el sentit del que necessàriament, obligatòriament i prescriptivament les coses són i han de funcionar de determinada manera. Tots sabem les conseqüències d'aquesta posició que va de l'orientatiu al normatiu, prescriptiu per a, finalment, convertir-se en coercitiu. És aquí on el saber esdevé exercici d'un poder en tant que sancionador, en un sentit ampli, del que obeeix o desobeeix aquest cànon. Ordenació de la subjectivitat a l'Ordre Social que reclamen els mercats. Tot per al pacient sense el pacient. Un saber sense subjecte ja és un poder sobre el subjecte. Autoritarisme científic, ho anomena Javier Peteiro.  Per tot això volem manifestar la nostra oposició a l'existència d'un Codi de Diagnòstic Únic Obligatori i Universal.

D'altra banda, el model a-teòric del que fa gala el DSM, i que s'ha volgut confondre amb objectivitat, ens parla de la seva falla epistemològica.  Basti recordar la seva indefinició sobre què podem entendre com a trastorn mental, així com per salut psíquica. Els continguts d'aquesta taxonomia psiquiàtrica responen molt més a pactes polítics que a observacions clíniques, la qual cosa dóna lloc a un problema epistemològic molt greu.

Quant al mètode classificatori del DSM, constatem que es poden classificar, amuntegar o agrupar moltes coses, però això no és establir una entitat nosogràfica en un camp determinat. Finalment, i en la mateixa línia que l'anterior, l'estadística emprada en el DSM té un punt de partida feble: l'ambigüitat de l'objecte sobre el qual s'opera, és a dir, el concepte de trastorn mental.. L’estadística es presenta com una tècnica, un estri que pot ser posat al servei de múltiples causes i de tot tipus. Són les persones les que fan servir els ítems i valors de base de la corba estadística, però també les que decideixen el lliscament, més o menys cap als marges del que després volem quantificar i interpretar.

En aquest context de pobresa i confusió conceptual, la propera publicació del DSM-V suposa una clara amenaça: ningú quedarà fora d'allò que es deté, del que emmalalteix. No quedarà espai per a la salut, en termes de canvi, de mobilitat, de complexitat o de multiplicitat de les formes. Tots malalts, tots trastornats. Qualsevol manifestació de malestar serà ràpidament transformada en símptoma d'un trastorn que necessita ser medicalitzat per a tota la vida. Aquest és el gran salt que es fa sense cap mena de xarxa epistemològica: de la prevenció a la predicció.

Llindars diagnòstics més baixos per a molts desordres existents o nous diagnòstics que podrien ser extremadament comuns en la població general, d'això ens adverteix Allen Frances, cap de grup de tasques del DSM IV,  en el seu escrit “Obrint la caixa de Pandora”. Referint-se als nous trastorns que inclourà el DSM-V, aquest autor cita alguns dels nous diagnòstics problemàtics: la síndrome de risc de psicosi, («és certament el més preocupant dels  suggeriments. La taxa de falsos positius seria alarmant del 70 al 75%»). El trastorn mixt d'ansietat depressiva. El trastorn cognitiu menor, («està definit per símptomes inespecífics... el llindar ha estat disposat per incloure un enorme 13.5% de la població»). Trastorn de fartanera en el menjar. El trastorn disfuncional del caràcter amb disfòria. El trastorn coercitiu parafílic. El trastorn d’hipersexualitat, etc. Augmenta, per tant, el nombre de trastorns i augmenta també el seu camp semàntic, com el famós TDAH, ja que es permet el diagnòstic basat només en la presència de símptomes, no requerint discapacitat i, a més, es redueix a la meitat el nombre de símptomes requerits per a adults. El diagnòstic de TDAH també es contempla en presència d'autisme, la qual cosa implicaria la creació de dues falses epidèmies i impulsaria l'ús augmentat d'estimulants en una població especialment vulnerable.

Si unim aquest maneig estadístic amb l'heterogeneïtat temàtica dels grups de treball, que es multipliquen i que van des de la identitat de gènere, passant per l'adaptació dels impulsos, hipersexualitat, canvis d'humor etc., no podem obviar que les classificacions internacionals pretenen una autonomia total respecte de qualsevol marc teòric i, per tant, lliure de qualsevol tipus de control de rigor epistèmic. No obstant això, no creiem que les classificacions i tractaments puguin ser neutrals respecte a les teories etiològiques, com es pretén, i alhora ser neutrals respecte de la ideologia del Control Social, i interessos extra clínics.

Paul Feyerabend, en “El mite de la ciència i el seu paper en la societat”, ens diu: «Bàsicament, amb prou feines no hi ha cap diferència entre el procés que condueix a l'enunciació d'una nova llei científica i el procés que precedeix una nova llei en la societat». Sembla ser, continua dient aquest autor a  “Adéu a la raó”, que: «El món en què vivim és massa  complex per ser comprès per teories que obeeixen a principis (generals) epistemològics. I els científics, els polítics -qualsevol que intenti comprendre i/o influir el món-, tenint en compte aquesta situació, violen regles universals, abusen dels conceptes elaborats, distorsionen el coneixement ja obtingut i desbaraten constantment l'intent d'imposar una ciència en el sentit dels nostres epistemòlegs».

Finalment, volem cridar l'atenció sobre el perill que suposa per a la clínica de les simptomatologies psíquiques, que els nous clínics estiguin formatats, deliberadament, en la ignorància de la psicopatologia clàssica, doncs  aquesta respon a la dialèctica entre teoria i clínica, entre saber i realitat. Psicopatologia clínica que ja no s'ensenya a les nostres facultats ni als programes de formació dels MIR i PIR. I no obstant això, se'ls instrueix en el paradigma de la indicació... farmacològica:  universalització prescriptiva per a tots i per a tot, i que en res es diferencia  d'una màquina expenedora d'etiquetes  i reposadora de medicació.  El resultat que denunciem és un desconeixement dels fonaments de la  psicopatologia, un escotoma important a l'hora d'explorar els pacients i, en conseqüència, una limitació més que considerable a l'hora de diagnosticar.

Si el coneixement és la forma més ètica que tenim d'apropar-nos a la nostra plural realitat, no ha de ser un problema la coexistència de diferents sabers sobre la complexitat de l'ésser humà.

Per tot això proposem dur a terme accions amb l'objectiu de posar límit a tot aquest procés en increment de les classificacions internacionals, i treballar amb criteris de classificació que tinguin una sòlida base psicopatològica i, per tant, que provinguin  exclusivament de la clínica.

Barcelona, a 14 d'abril de 2011



Per informació i contactes:  stopdsm@gmail.com

AGRAIREM LA MÀXIMA DIFUSIÓ D'AQUEST PRIMER MANIFEST
(al qual seguiran uns altres de diferents països).

Les dades proporcionades seran tractades de forma confidencial 
(només es farien públiques en el cas de presentar les adhesions a 
algun organisme oficial).

Els grups i institucions que es vulguin afegir a la campanya poden
enviar un correu a stopdsm@gmail.com

Si ho desitja, pot donar-se de baixa de la llista de suport enviant un
correu a stopdsm@gmail.com


MANIFESTE POUR UNE PSYCHOPATHOLOGIE CLINIQUE
NON STATISTIQUE

Par le présent texte, les professionnels et organisations signataires, se prononcent en faveur de critères cliniques de diagnostic, et par conséquent à l'encontre de ce qui est imposé par le "Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders" ou DSM IV par l'Association de Psychiatrie américaine comme grille de critères unique pour la clinique de la symptomatologie psychiatrique.

Nous souhaitons partager, débattre et nous mettre d'accord sur les connaissances cliniques concernant les pathologies psychiques - souffrances symptomatiques et non pas maladies - afin de mettre en question une santé psychique qui serait statistique ou normative, ainsi que l'imposture clinique et intellectuelle du "désordre", du "trouble", de la "maladie" mentale. Nous voulons aussi dénoncer que soit imposé un traitement unique - thérapies codifiées pour troubles formatés - au mépris des différentes théories et stratégies thérapeutiques et de la liberté de choix du patient.

En ce moment nous assistons à la naissance d'une clinique qui fait chaque fois moins de place au dialogue, qui est de plus en plus indifférente aux manifestations de souffrance psychique, qui est cramponnée aux protocoles et aux traitements exclusivement palliatifs des conséquences, et non des causes. Comme le disait G. Berrios (2010) : "Nous sommes confrontés à une situation paradoxale dans laquelle il est demandé aux cliniciens d'accepter un changement radical dans la façon de concevoir leur travail (exemple: abandonner les conseils de l'expérience au profit des dictats fournis par des données statistiques impersonnelles) quand, en réalité, les fondements actuels de la certitude ne sont autres que ce que disent les statistiques, les théoriciens, les gestionnaires, les entreprises (comme l'Institut Cochrane) et les investisseurs capitalistes qui sont précisément ceux qui disent où se trouve l'argent.

Par conséquent, nous défendons un modèle de santé où la parole serait une valeur à promouvoir et où chaque patient serait considéré dans sa singularité. La défense de la dimension subjective implique la confiance dans ce que chacun met en jeu pour traiter quelque-chose en soi qui se révèle insupportable, étranger à soi, et cependant familier. Nous manifestons notre répulsion à l'égard des politiques d'assistance qui recherchent la sécurité au détriment des libertés et des droits. A l'égard des politiques qui, sous couvert de bonnes intentions et de la recherche du bien du patient, le réduisent à un calcul de rendement, à un facteur de risque ou à un indice de vulnérabilité qui doit être éliminé, à peine moins violemment que par la force.

Quelle que soit la discipline, l'approche de la réalité de son objet se fait au travers d'une théorie. Ce savoir limité ne saurait se confondre avec La Vérité, car cela supposerait de faire comme une idéologie ou une religion, où toute pensée ou évènement, et y compris le langage utilisé, servent à forcer à faire un lien (re-ligare) entre savoir et vérité. Tout clinicien qui a un certain esprit scientifique sait que sa théorie est ce qu'Aristote appelait un Organon, c'est à dire un outil pour approcher une réalité qui est toujours plus multiple et changeante, et dont les classifications doivent laisser de la place à la manifestation de cette diversité, permettant ainsi le progrès théorique aussi bien que pratique.

Cette conception s'oppose à l'idée de règle au sens où nécessairement, obligatoirement et inéluctablement les choses sont et doivent fonctionner d'une manière déterminée. Nous savons tous quelles sont les conséquences de cette position qui va de l'orientation vers la norme, à la prescription, pour finir par devenir contrainte. C'est ici que le savoir se transforme en exercice du pouvoir : quand il sanctionne, au sens large, ce qui obéit ou n'obéit pas à cette règle. Ordonnancement de la subjectivité à l'Ordre Social que réclament les marchés. Tout pour le patient sans le patient. Un savoir sans sujet est un pouvoir sur le sujet. C'est ce que J. Peteiro a appelé l'autoritarisme scientifique.

C’est pour tout cela que nous voulons manifester notre opposition à l'existence d'un Code Diagnostic Unique Obligatoire et Universel.

Par ailleurs, le modèle a-théorique dont se pare le DSM, et qu'on a voulu confondre avec de l'objectivité, nous parle de ses failles épistémologiques. Il n'est que d'évoquer son manque de définition concernant ce que nous pouvons comprendre par "trouble mental" ou "santé psychique". Le contenu de cette taxonomie psychiatrique relève plus d'ententes politiques que d'observations cliniques, ce qui engendre un problème épistémologique très grave.

Quant à la méthode de classification du DSM, on constate qu'on peut classer, entasser ou regrouper beaucoup de choses, mais que ce n'est pas établir une entité nosographique dans un champ déterminé.

Enfin, dans la même veine que ce qui précède, les statistiques utilisées ont un point de départ faible: l'ambiguïté de l'objet auquel elles sont appliquées, c'est à dire le concept de "trouble mental". Les statistiques se présentent comme une technique, un outil qui peut être mis au service de questions multiples et en tous genres. Ce sont les mêmes personnes qui définissent les items et les valeurs de base de la courbe statistique, qui décident aussi de l’inclinaison plus ou moins éloignée de la marge de ce qui va être quantifié et interprété ultérieurement.

Dans ce contexte de pauvreté et de confusion conceptuelle, la prochaine publication du DSM-V suppose une menace évidente: personne ne sera à l'abris de quelque-chose qui le stoppe, qui en fasse un malade. Il ne restera pas d'endroit pour la santé, en termes de changement, de mouvance, de complexité ou de multiplicité des façons d'être. Tout le monde malade, tout le monde victime de "trouble mental". Toute manifestation de mal-être sera rapidement convertie en symptôme de "trouble mental" qui nécessitera une médicalisation à vie. C'est le grand saut qui a été fait sans aucun appui épistémologique: de la prévention à la prédiction.

Des seuils diagnostics plus bas pour beaucoup de "désordres" existants ou de nouveaux diagnostics qui pourraient être extrêmement courants dans la population générale, voilà de quoi nous prévient Allen Frances, chef de groupe de travail du DSM-IV, dans son écrit "Ouvrant la boîte de Pandore". Faisant référence aux nouveaux "troubles" que comprendra le DSM-V, cet auteur cite quelques-uns des nouveaux diagnostics problématiques:

- le syndrome de risque de psychose ("c'est certainement la plus préoccupante des suggestions. Le taux de faux-positifs serait alarmant, de l'ordre de 70 à 75 %").
- Le "trouble" mixte d'anxiété dépressive [ce qui s’appelait jadis la dépression névrotique ? ].
- Le "trouble" cognitif mineur ("il a été défini pour des symptômes non spécifiques (...) le seuil a été fixé pour (...) comprendre un énorme 13 % de la population")[Il avait été question jadis de MBD ; minor brain dysfunctions, troubles de soft, Touwen, in : Wallon : La Vie mentale, p. 66].
- Le "trouble" de l'excessivité
- Le "trouble" dysfonctionnel du caractère avec dysphorie
- Le "trouble" de la déviation sexuelle [Dans le DSM IV, il y a des pédophiles, mais plus d’homosexuels]
- Le "trouble" de l'hypersexualité
- etc.
[Contradiction massive : tout le monde est jugé potentiellement malade, en même temps que convoqué au « travailler plus », autrement dit au « surtravail » (Ueberarbeit)]

Par conséquent, il y a augmentation du nombre de "troubles" et augmentation aussi du champ sémantique de nombre d'entre eux, comme le fameux TDAH, [Trouble de déficit de l'attention / hyperactivité], qui non seulement se permet un diagnostic basé seulement sur la présence de symptômes, et ne requérant pas l'incapacité, mais encore est réduit pour les adultes à la moitié du nombre des symptômes requis. Le diagnostic TDHA se rencontre aussi dans l'autisme, ce qui impliquerait la création de deux fausses épidémies et engendrerait une augmentation de l'utilisation de stimulants dans une population particulièrement vulnérable.

Si on relie ce traitement statistique avec l'hétérogénéité thématique des groupes de travail, qui se multiplient et vont de l'identité en passant par l'adaptation des pulsions, l'hypersexualité, les changements d'humeur, etc., force est de constater que les classifications internationales prétendent être totalement autonomes par rapport à une quelconque empreinte théorique et, par conséquent, libres de tout type de contrôle sur le plan de la rigueur épistémologique. Cependant, nous ne croyons pas que les classifications et traitements puissent être neutres par rapport aux théories étiologiques, comme on le prétend, et dans le même temps être neutres par rapport à l'idéologie du Contrôle Social, et à des intérêts autres que la clinique.

Paul Feyerabend, dans Le mythe de la science et sa mission dans la société, nous dit: « A la base, c'est à peine s'il y a une différence entre le processus qui conduit à l'énonciation d'une nouvelle loi scientifique et le processus qui précède un nouvelle loi dans la société ». Il semble, poursuit cet auteur dans Adieu la Raison, que : »Le monde dans lequel nous vivons est trop complexe pour être compris par les théories qui obéissent aux principes (généraux) de l'épistémologie. Et les scientifiques, les politiques - toute personne qui veut comprendre et/ou avoir une influence dans le monde -, prenant en compte cette situation, violent les règles universelles, abusent des concepts, déforment les connaissances déjà acquises et empêchent constamment les tentatives pour imposer une science au sens de nos épistémologues. »

Enfin, nous voulons attirer l'attention sur le danger que représente pour la clinique des symptômes psychiatriques le fait que les nouveaux cliniciens sont formatés, délibérément, dans l'ignorance de la psychopathologie classique, puisque cela entre dans la dialectique entre théorie et clinique, entre savoir et  réalité. La psychopathologie clinique qui déjà n'est pas enseignée dans nos facultés non plus que dans nos programmes de formation (...).Cependant, ils sont instruits du modèle d'indication... pharmacologique: universalisation de la prescription pour tous et pour tout, et qui ne se différencie en rien d'un distributeur automatique d'étiquettes psy et de réponses médicamenteuses. Ce que nous dénonçons est une méconnaissance des fondements de la psychopathologie, un obscurcissement de taille au moment d'examiner les patients et, par conséquent, une limite plus que considérable au moment d'établir un diagnostic.

Dans la mesure où la connaissance est la forme la plus éthique que nous ayons de nous approcher de notre réalité plurielle, la coexistence de différents savoirs sur la complexité de l'être humain n'est pas un problème.

C'est pour tout cela que nous proposons de mettre en oeuvre des actions qui auraient pour objectif de poser des limites à tout ce processus croissant des classifications internationales, et de travailler avec des critères de classification qui auraient une base solide en psychopathologie et qui, par conséquent, proviendraient exclusivement de la clinique.

Barcelone, le 14 Avril 2011
 
Pour signer le manifeste, cliquer là:

Nombre = prénom
Apellido = nom de famille
Ciudad = commune
Pais = pays

Nous serons reconnaissants de la diffusion maximum de ce premier manifeste (suivi d'autres, de pays différents)

Les éléments recueillis seront traités de façon confidentielle (ils ne seront publiés qu'au moment de présenter les adhésions à un organisme officiel)

Les groupes et organisations qui souhaitent adhérer à la campagne peuvent envoyer un courrier à stopdsm@gmail.com

Information et contact: stopdsm@gmail.com



MANIFEST FOR A CLINICAL NON-STATISTICAL PSYCHOPATHOLOGY

By this manifest, the undersigned professionals and institutions, want to declare ourselves in favor of clinical diagnostic criteria, and therefore against the imposition of the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders of the American Psychiatric Association, as the sole criterion in the clinic of psychological symptoms. We would like to share, discuss and agree on the clinical knowledge -logy- on mental pathos, understood as symptomatic suffering, and not a disease. We wish to question the existence of mental health, statistical or normative, as well as the clinical and intellectual imposture of the notion of mental disorder or mental illness. We also want to denounce the imposition of one sole therapy treatment for typified disorders. These being formatted to the detriment and contempt of other theories and treatment strategies, as well as the contempt of the patients’ right to choose. At present, we witness how clinical practice is becoming less dialogist and more indifferent to the manifestations of mental sufferings, clinging to the protocols and palliative treatments, which only address the consequences, but not their causes.
As stated by G. Berrios (2010)  "We are facing a paradoxical situation in which clinicians are asked to accept a radical change in the way of developing their work, (ie leave the advice of your own experience and follow the dictates of statistical and impersonal data) when in fact, currently, the basis that are used for evidence are no different than what the statistics, theorists, managers, companies (such as the Cochrane Institute) and capitalist investors say, being these who precisely say where you put the money." We thus want to uphold a health model, where the speech is a value to promote and where each patient is considered in its particularity.
The defense of the subjective dimension entails to value and consider what each one brings into play to address what remains unbearable, stranger to oneself, but yet familiar. We express our rejection to the welfare policies which prioritize security at the expense of freedom and human rights. Policies that, under the guise of good intentions and the search for the good of the patient, reduce the patient to a performance calculation, a risk factor or a vulnerability index which ought to be removed, nearly by force.
For any discipline, the approach to the reality is done through a theory. But this limited knowledge should not be confused with The Truth. This would act as an ideology or religion, where any thought, event, or even the used language would serve to promote the re-ligare between knowledge and truth. Any clinician with a true scientific spirit knows that his theory is what Aristotle called an Organon, that is a tool to approach a reality, which becomes always more plural and changeable, and whose categories are only an expression of its diversity, making it become wider from both a theoretical and practical perspective.
This conception is opposed to the idea of ​​a canon, in the sense of what necessarily things are and that they must perform in a certain way. We all know the consequences of this kind of position that goes from being indicative to set a rule and become prescriptive, and ultimately coercive. This is where knowledge becomes the exercise of a power that sanctions as per what obeys or disobeys this canon. It also means the subordination of subjectivity to the management of social order, as per what markets demand. Everything is for the patient but without taking the patient into consideration. We know that any knowledge dismissing the subject constitutes an act of power on this subject. J. Peteiro calls it “scientific authoritarianism”. For all this, we want to express our opposition to the existence of a Sole, Compulsory and Universal Diagnosis Code.
Furthermore, the a-theoretical model that the DSM boats about, claiming to guarantee any objectivity, only talks about his epistemological failure. Suffice is to recall its inability to define what a mental disorder and mental health are. The contents of this psychiatric taxonomy respond more to political reasons and agreements than to clinical observations, leading to a very serious epistemological problem.
Regarding the classification method applied at the DSM, we find that even though many things can be sorted, stacked or grouped, there is no nosographic entity that can be established in a given field. Finally, and in the same line as above, the statistics used in the DSM have a weak point of origin: the ambiguity of the object on which it operates, that is, the concept of mental disorder. Statistics are presented as a technique, a tool that can be used for multiple causes, of any kind. Items and basic values ​​of the statistical curve are handled by persons, and they are responsible to quantify and interpret the data. 
In this context of poverty and confusion, the forthcoming DSM-V constitutes a clear threat: no one is sheltered from what is fixed as illness. There is no room for health in terms of change, mobility, complexity and multiplicity of forms. All of us are patients and we all suffer from a disorder. Any manifestation of discomfort will be quickly transformed into symptoms of an illness that needs to be medicalized for life. This is the big leap that has been done without any epistemological net: from prevention to the prediction. Frances Allen, head of Task Force of the DSM IV, warn us in his article “Opening Pandora's box”  about lower diagnostic thresholds for many existing or newly diagnosed disorders that could be extremely common in the general population. He also lists some of the new conditions that are to be included within the DSM-V: the risk of psychosis syndrome (“It is certainly the most disturbing suggestios. The false positive rate would be alarming, going from 70 to 75%”). The mixed depressive anxiety disorder. Minor cognitive disorder (“is defined by specific symptoms ... the threshold has been arranged to include a massive 13.5% of the population".) Binge eating disorder. Dysfunctional disorder character with dysphoria. Paraphilic coercive disorder. Hypersexuality disorder, etc. As a result, it does not only increase the number of disorders but also the semantic field of many of them, as it is in the case of the ADHD. The DSM-V promotes a diagnosis based on the sole presence of symptoms, and doesn’t entail any disability. Furthermore, it reduces to the half the number of symptoms required for adults. The diagnosis of ADHD is also provided in the presence of autism, which would involve creating two false epidemics and would foster an increased use of stimulants in a particularly vulnerable population.
If we combine these statistics with the heterogeneity thematic working groups that have proliferated, ranging from gender identity, through the adaptation of the pulse, hyper-sexuality, mood swings etc., we cannot ignore the pursuit of a full autonomy with respect to any theoretical framework and any epistemic rigor control by the international classifications. We, nevertheless, do not believe that the classifications and treatments can be neutral with respect to etiology theories, as it is intended. They can neither be neutral with respect to the ideology of social control, and other extra-clinical interests.
Paul Feyerabend, in “The Myth of Sscience and its Role in society”, writes: "Basically, there is hardly any difference between the process leading to the formulation of a new scientific law and the process that precedes a new law in society " It seems, continues this author in “Farewell to Reason” that: "The world we live in is too complex to be understood by theories that obey to epistemological (general) principles. And scientists, politicians, -anyone trying to understand and / or influence the world and, taking into account this situation,- are violating universal rules, abusing of developed concepts, distorting the knowledge already obtained and constantly thwarting attempts to impose a science, in the sense used by our epistemologists. "
Finally, we would like to draw attention to the danger it involves to the treatment of psychological symptoms the fact that new clinicians are deliberately educated in the ignorance of classical psychopathology. Clinical psychopathology responds to the dialectic between theory and clinical practice, between knowledge and reality, but it is no longer taught at our universities. And yet, they are instructed in the paradigm of a pharmacologic approach that has become universally prescriptive for everybody and for any condition. It is not much different from a label vending machine, which restocks medication. What we denounce is the complete ignorance of the foundations of psychopathology, a fundamental tool when exploring patients and, consequently, a considerable constraint when making a diagnosis.
Since knowledge may the most ethical way for approaching our plural reality, the coexistence of different theories about the complexity of human beings should be respected.
Therefore, we propose to take actions in order to stop the increasing spread and growth of international classifications, and alternatively work with classification criteria which are based on psychopathology fundamentals and exclusively stem from the clinical practice.

Barcelona, April 14th 2011

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stopdsm@gmail.com



MANIFESTO POR UMA PSICOPATOLOGIA CLÍNICA NÃO ESTATÍSTICA
Através do presente texto, os profissionais e organizações signatárias, pronuciam-se a favor de criterios clínicos de diagnóstico, e assim, contra aquilo que é imposto no Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, ou DSM IV, pela American Psychiatric Association como grelha única de critérios para a clínica da sintomatologia psíquica.

Desejamos partilhar, debater e criar consensos em torno do logos clínico que diga respeito à pathos psíquica – sintomatologia do sofrimento, e não doença – a fim de questionar a noção de saúde psíquica estatística ou normativa, assim como as imposturas clínicas e intelectuais em que consistem as noções de distúrbio, perturbação e doença mental. Queremos também denunciar a imposição de um tratamento único – terapias tipificadas para perturbações formatadas – desprezando diferentes quadros teóricos e estratégias terapêuticas, assim como a liberdade de escolha do paciente.  

No momento actual assistimos a uma prática clínica cada vez menos dialogante, mais indiferente às manifestações de sofrimento psíquico e agarrada a protocolos e tratamentos paliativos das consequências e não das causas. Como diz G. Berrios (2010) «Enfrentamos uma situação paradoxal em que se pede aos clínicos que aceitem uma mudança radical na forma como desenvolvem o seu trabalho (pondo de lado o saber acumulado pela sua própria experiência a favor dos ditames de dados estatísticos impessoais), quando na realidade as certezas clínicas de hoje são dadas por dados estatísticos de teóricos, gestores, de empresas (como o Cochrane Institute) e por investidores que, financiando apenas o que dá lucro, determinam que investigações se realizam ou não.  

Em consequência, defendemos um modelo de saúde em que a palavra seja um valor a promover e em que cada paciente seja considerado na sua singularidade. A defesa da dimensão subjectiva implica a valorização do que cada um põe em jogo para tratar o que nele mesmo se revela insuportável, estranho a si mesmo ainda que ao mesmo tempo familiar.

Manifestamos a nossa repulsa por políticas assistencialistas que visem a segurança em detrimento dos direitos e liberdades. Por políticas que, “para o bem do paciente” e sob o pretexto de boas intenções, o reduzem a um cálculo do seu rendimento, a um factor de risco ou a um índice de vulnerabilidade que debe ser eliminado; por vezes praticamente à força.

Em qualquer disciplina se usa uma teoria na abordagem do seu objecto. Este saber, limitado, não deberá confundir-se com A Verdade, na medida em que actuaria como ideologia ou religião, onde qualquer pensamento, acontecimento, ou até a linguagem utilizada, estariam ao serviço de forçar o re-ligare de saber e verdade. O clínico com um certo espírito científico sabe que a sua teoria é aquilo a que Aristóteles chamaria um organon, isto é, uma ferramenta de abordar uma realidade sempre mais plural e mutável, e onde as categorias propostas deixam espaço à manifestação dessa diversidade, permitindo por essa via a expansão teórica e prática. Esta concepção opõe-se à ideia de um canon, no sentido daquilo que necessaria e obrigatoriamente, pela prescrição, as coisas são, e do modo como terão que funcionar. Todos sabemos as consequências desta posição que, começando no orientacional, passa pelo normativo, o prescritivo, para finalmente converter-se no coercivo. É aqui que o saber se transforma num exercício de poder sancionador, num sentido lato, do que obedece ou desobedece ao canon. Ordenação da subjectividade à Ordem Social reclamada pelos mercados. Tudo para o paciente sem o paciente. Um saber sem sujeito é desde logo um poder sobre o sujeito. J. Peteiro chamou-lhe Autoritarismo Científico.

Por tudo isto manifestamos a nossa oposição à existência de um Código de Diagnóstico Único, Obrigatório e Universal. Por outro lado, o modelo ateórico de que o DSM faz gala, e que quer confundir com objectividade, evidencia antes de mais a sua falha epistemológica. Basta recordar a sua indefinição sobre o que pode entender-se por distúrbio mental ou por saúde psíquica. Os conteúdos da taxonomia psiquiátrica respondem muito mais a acordos políticos que a observações clínicas, o que constirui um problema espistemológico gravíssimo.

Quanto ao método classificativo do DSM, verificamos que se pode classificar, agrupar ou amontoar muitas coisas sem que com isso se estabeleça uma entidade nosológica num campo específico. Por último, e na mesma linha, a estatística utilizada no DSM assenta numa base débil: a ambiguidade do objecto sobre a qual opera, isto é, o conceito de perturbação mental. A estatística apresenta-se como uma técnica, uma ferramenta, que pode ser posta ao serviço de múltiplas causas, e de todo o tipo. E são pessoas quem utiliza os índices e os valores de base da curva estatística e que decidem o tamanho da moldura do quadro onde se vai quantificar e interpretar posteriormente.  

Neste conceito de confusão e empobrecimento conceptuais, a próxima publicação do DSM-V pressupõe uma clara ameaça: ninguém ficará de fora daquilo de que se ocupa, do que faz um doente. Não restará espaço para a saúde, enquanto mudança, mobilidade, complexidade ou multipilicidade de formas. Todos doentes, todos perturbados. Qualquer manifestação de mal-estar será rapidamente transformada em sintoma de uma perturbação que necessitará ser medicalizada para toda a vida. É este o grande salto realizado sem qualquer rede  pistemológica: da prevenção à predição. Quadros de diagnóstico mais abrangentes para as perturbações existentes ou novos diagnósticos que poderão ser absolutamente correntes na população geral. Disto nos adverte Allen Frances, chefe do grupo de trabalho para o DSM-IV na sua obra Opening Pandora’s Box: The 19 Worst Suggestions For DSM V. Referindo-se às novas perturbações incluídas no DSM-V, este autor cita alguns dos novos diagnósticos problemáticos: o síndroma de risco de psicose («é certamente a mais preocupante das sugestões; a taxa de falsos positivos será alarmante, 70% a 75%»). A perturbação mista de ansiedade depressiva. O disturbio cognitivo menor, («está definido por sintomas sem especificidade (...) o critério de diagnóstico foi fixado de modo a abranger uns enormes 13,5% da população»). A compulsão alimentar; a perturbação disfuncional de caracter com disforia, a parafilia coerciva, a hipersexualização, etc. Aumenta portanto o número de perturbações assim como o campo semântico de muitas delas. É o caso da famosa perturbação de hiperactividade com défice de atenção, já que se permite o diagnóstico  baseado apenas na presença de sintomas, sem que haja incapacidade; além disso o número de sintomas requerido para o diagnóstico de adultos foi reduzido para metade. O diagnóstico de PHDA também contempla os casos de autismo, o que implicaria a criação de duas falsas epidemias e promoveria o aumento do consumo de estimulantes numa população  especialmente vulnerável. Se ao tratamento estatístico juntarmos a heterogeneidade temática dos grupos de trabalho, que se multiplicam e vão da identidade de género à adaptação dos impulsos, passando pela hipersexualidade, as alterações de humor, etc., é forçoso verificarmos que estas classificações internacionais querem-se totalmente desligadas de qualquer  referencial teórico de modo a escusaram-se ao controlo no plano do rigor espistemológico. Não obstante, não consideramos que as classificações e tratamentos possam ser neutros em relação às teorias etiológicas, e ao mesmo tempo ser neutrais a respeito da ideologia do controlo social e de interesses que não são os clínicos. 

Paul Feyerabend, em Science. The Myth and its Role in Society (1975), diz-nos: «Básicamente não existe diferença entre o processo que conduz ao enunciado de uma nova lei científica e o processo que precede a uma nova lei na sociedade». Parece que, prossegue este autor em Farewell to Reason, «O mundo em que vivemos é demasiado complexo para ser compreendido por teorias que obedecem a princípios (gerais) epistemológicos. Os cientistas e os políticos – ou qualquer um que tente compreender e/ou influir no mundo –, tendo em conta esta situação, violam regras universais, abusam dos conceitos elaborados, distorcem o conhecimento já obtido e boicotam constantemente as tentativas de impor uma ciência no sentido dos nossos epistemólogos.  

Para terminar queremos chamar a atenção para o perigo que constitui para a clínica da sintomatología psíquica, o facto dos novos clínicos estarem formatados, deliberadamente, na
ignorância da psicopatología clássica, pois esta responde à dialética entre teoria e clínica, entre saber e realidade. A psicopatologia clínica que já não é ensinada nas nossas universidades nem nos nossos programas de formação (…). Não obstante, a instrução é feita no modelo da rescrição psicofarmacológica: universalização da prescrição para todos e para tudo, que em nada se diferencia de um distribuidor automático de rótulos e de medicação. O que denunciamos é o desconhecimento dos fundamentos da psicopatologia, um obscurecimento  importante na hora de conhecer o paciente e, em consequência, uma mais que considerável limitação na hora de diagnosticar.  

Na medida em que o conhecimento é a forma mais ética que temos de abordar uma realidade plural, a coexistência de diferentes saberes sobre a complexidade do ser humano, não é um problema. Por tudo isto, propomos levar a cabo acções com o objectivo de pôr um limite a todo este proceso crescente de classificação internacional, e de trabalhar com processos de classificação que tenham uma base sólida em psicopatologia e que, portanto, advenham  exclusivamente da prática clínica.



Barcelona, 14 de Abril de 2011




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MANIFESTO A FAVORE DI UNA PSICOPATOLOGIA CLINICA CHE NON SIA SOLO STATISTICA.

Attraverso questo scritto, i professionisti e le istituzioni che sottoscrivono
questo documento, si dichiarano a favore di criteri diagnostici clinici e
pertanto contro l'imposizione del Manuale Diagnostico e Statistico dei Disturbi
Mentali dell'Associazione Psichiatrica Americana come unico criterio delle
sintomatologie psichiche.

Vogliamo condividere la conoscenza clinico “logica” sul pathos psichico sulla
“sofferenza sintomatica” e non sulla malattia.Vogliamo mettere in discussione
l'esistenza di una salute psichica, statistica o normativa. Inoltre vogliamo
denunciare l'imposizione di un trattamento unico,di “terapie classificate per
disturbi catalogati” per il disprezzo che presenta verso le varie teorie e
strategie terapeutiche e della libertà di scelta dei pazienti.

Attualmente assistiamo ad una clinica sempre meno dialogante, più indifferente
alle manifestazioni della sofferenza psichica, aggrappata ai protocolli e alle
cure meramente palliative, preoccupata più delle conseguenze che non delle sue
cause. Come dice G. Berrios (2010) "Siamo di fronte ad una situazione
paradossale in cui si chiede ai clinici di accettare un cambiamento radicale
nel modo di sviluppare il loro lavoro (es.: abbandonare i dettami della propria
esperienza per seguire quelli meramente statistici quindi impersonali) quando
in realtà, l'attuale base delle evidenze non sono altro che quello che dicono
gli statistici, i teorici, i dirigenti, le aziende (come l'Istituto Cochrane)
ed i finanziatori capitalisti che sono precisamente quelli che dicono dove si
“investe il denaro” .

Di conseguenza, esprimiamo il nostro sostegno a un modello sanitario, dove la
parola sia un valore da promuovere e dove ogni paziente sia considerato nella
sua particolarità. La difesa della dimensione soggettiva implica una fiducia in
ciò che ognuno mette in gioco per affrontare ciò che a lui stesso si rivela
insopportabile, estraneo a se stesso, ma tuttavia familiare. Esprimiamo il
nostro rifiuto delle politiche assistenzialiste che inseguono la sicurezza a
scapito della libertà e dei diritti. Una politica che, sotto la maschera delle
buone intenzioni e cercando il bene del paziente, lo riduce a un calcolo delle
sue prestazioni, a un fattore di rischio o a un indice di vulnerabilità che
deve essere eliminato, più o meno in maniera forzata.

Per qualsiasi disciplina, l'approccio alla realtà del suo campo avviene
attraverso una teoria. Questa conoscenza limitata non dovrebbe confondersi con
La Verità, dato che agirebbe come ideologia o religione, dove qualsiasi
pensiero, un evento o persino il linguaggio utilizzato, si trova al servizio
della forzata unione tra conoscenza e verità. Ogni clinico con un certo spirito
scientifico sa che la sua teoria è quello che Aristotele chiama un Organon,
vale a dire, uno strumento per avvicinarsi a una realtà sempre più plurale e
mutevole e dove le categorie riscontrate lasciano spazio alla manifestazione di
quella diversità, permettendo un allargamento tanto teorico come pratico.
Questa concezione si oppone all'idea di Canon nella quale: necessariamente,
obbligatoriamente e in maniera prescrittiva le cose sono (o esistono) e devono
essere svolte in un certo modo. Sappiamo tutti le conseguenze di questa
posizione che va dall’orientamento normativo, al prescrittivo per poi
finalmente diventare coercitivo. Ed è qui, in senso lato, dove il sapere
diventa l’azione di un potere in qualità di sanzione, quello che obbedisce e
disobbedisce questo canone. Ordinare la soggettività all’Ordine Sociale
richiesto dai mercati. Tutto per il paziente senza paziente. Conoscenza senza
soggetto è già un potere sul soggetto. J. Peteiro lo chiama autoritarismo
scientifico. Per tutto questo esprimiamo la nostra opposizione alla esistenza
di un Codice Diagnostico Unico, Obbligatorio e Universale.

Inoltre, il modello a-teorico che vanta il DSM e che ha voluto essere confuso
con l'obiettività, ci parla della sua falla epistemologica. Basti ricordare la
sua indefinitezza su quello che chiama “disturbo mentale”, “salute
psicologica”. Il contenuto di questa tassonomia psichiatrica risponde molto di
più a patti politici che a osservazioni cliniche, producendo un grave problema
epistemologico.

Per quanto riguarda il metodo di classificazione DSM, sappiamo che è possibile
classificare, ammucchiare o raggruppare molte cose, ma questo non vuol dire
stabilire un’entità nosografica in un determinato campo. Infine, sulla stessa
linea di cui sopra, i dati statistici utilizzati nel DSM hanno un punto di
partenza debole: l'ambiguità dell'oggetto su cui si opera, vale a dire, il
concetto di disturbo mentale. La statistica si presenta come una tecnica, uno
strumento che può essere messo al servizio di molteplici cause e di ogni
genere. Sono le persone che gestiscono gli item e i valori di base della curva
statistica e che decidono sullo spostamento, più o meno verso i margini di ciò
che si andrà a quantificare e interpretare più tardi.

In questo contesto di povertà e confusione concettuale, la prossima
pubblicazione del DSM-V è una chiara minaccia: nessuno rimarrà fuori dalla
malattia. Non rimarrà spazio per la salute, in termini di cambiamento, di
mobilità, di complessità o di molteplicità delle forme. Tutti malati, tutti
disturbati Qualsiasi manifestazione di disagio sarà presto trasformata in
sintomo di un disturbo che necessita di essere medicalizzato a vita. Questo è
il grande salto che si fa senza nessuna rete epistemologica: dalla prevenzione
alla previsione.

Soglie diagnostiche più basse per molti disturbi esistenti e nuovi strumenti
diagnostici che potrebbero essere estremamente comuni nella popolazione
generale, di questo ci avverte Frances Allen, capo del gruppo di lavoro del DSM
IV, nel suo scritto “Aprendo la scatola di Pandora”. Riferendosi ai nuovi
disturbi che includerà il DSM-V, l'autore cita alcuni dei nuovi strumenti
diagnostici problematici: la sindrome di rischio da psicosi (“è certamente il
più inquietanti dei suggerimenti. Il tasso di falsi positivi sarebbe allarmante
dal 70 al 75%"). Il disturbo misto d’ansia depressiva. Il disturbo cognitivo
lieve (“è definito da sintomi non specificati ... la soglia è stata predisposta
per includere un massiccio 13,5% della popolazione.") Mangiatori compulsivi. Il
disturbo disfunzionale di personalità con disforia.

Il disturbo coercitivo parafilico?. Il disturbo di ipersessualità, ecc.
Aumenta, pertanto, il numero di disturbi e aumenta anche il campo semantico di
molti di questi, tra cui il famoso ADHD (deficit di attenzione ed
iperattività), in quanto la diagnosi si basa solo sulla presenza di sintomi,
senza richiedere una disabilità e inoltre, si riduce alla metà il numero di
sintomi necessari per gli adulti. La diagnosi di ADHD è contemplata anche in
presenza di autismo, pertanto implicherebbe la creazione di due false sindromi
e favorirebbe un maggiore utilizzo di stimolanti in una popolazione
particolarmente vulnerabile.

Se mettiamo insieme questa gestione statistica con l’eterogeneità dei gruppi
di lavoro tematici, che si moltiplicano e che vanno dall’identità di genere,
attraversando l’adattamento degli impulsi, ipersessualità, sbalzi di umore,
ecc., Non possiamo ignorare che le classifiche internazionali pretendono una
totale autonomia rispetto a qualsiasi quadro teorico, e si presentano prive di
qualsiasi tipo di controllo e di rigore epistemico. Tuttavia, non crediamo che
le classificazioni ed i trattamenti possano essere neutrali rispetto alle
teorie eziologiche, come si pretende e allo stesso tempo essere neutrali
rispetto alla ideologia del controllo sociale e agli interessi extra clinici.

Paul Feyerabend, nel libro “Il mito della scienza e del suo ruolo nella
società”, ci dice: "Fondamentalmente, non vi è quasi alcuna differenza tra il
processo che porta alla formulazione di una nuova legge scientifica e il
processo che precede una nuova legge nella società ". A quanto pare, dice
l'autore nel libro Addio alla ragione, che “il mondo in cui viviamo è troppo
complesso per essere compreso sia da teorie che obbediscono a principi
(generali) epistemologici. Gli scienziati, i politici, e chiunque cerchi di
capire e / o influenzare il mondo, tenendo conto di questa situazione, viola
regole universali, abusa di concetti elaborati, distorce la conoscenza già
ottenuta e contrasta costantemente il tentativo di imporre una scienza basata
sulle teorie dei nostri epistemologi”

Infine, vorremo attirare l'attenzione sul pericolo che rappresenta per la
clinica della sintomatologia psicologica che i nuovi clinici siano formati
deliberatamente nell’ignoranza della psicopatologia classica, dato che questa
risponde alla dialettica tra teoria e clinica, tra sapere e realtà. La
Psicopatologia Clinica non è più insegnata nelle nostre scuole o in corsi di
formazione . Tuttavia, sono istruiti nel paradigma delle prescrizioni
farmacologiche, una specie di prescrizione universale per tutti e per tutto che
non si differenzia in nessun modo da un distributore automatico di etichette o
da una scansia di farmaci. Il risultato che denunciamo è l’ignoranza delle
fondamenta della psicopatologia, uno scotoma importante al momento di esaminare
i pazienti e di conseguenza, una limitazione più che considerevole al momento
di fare una diagnosi.

In quanto la conoscenza è la forma più etica che abbiamo di avvicinarci alla
nostra realtà plurale, non deve essere un problema la coesistenza di diverse
conoscenze sulla complessità degli esseri umani.

Proponiamo pertanto di portare a termine azioni con l’obiettivo di porre
limite all'incremento delle classificazioni statistiche internazionali e di
lavorare con criteri di classificazione che abbiano una solida base
psicopatologica e, pertanto, provenienti esclusivamente dalla clinica.

  Barcellona, 14 aprile 2011

stopdsm@gmail.com
http://stopdsm.blogspot.com

 

5 comentarios:

  1. Este MANIFESTO é de fundamental importância! Sem dúvida, nossas crianças e jovens não precisam ser catalogados ou rotulados como objetos. Qualquer trabalho terapêutico que se considere útil precisa ser, acima de tudo, qualitativo. Subscrevo-me ao manifesto. Ana Cristina Corvelo (São Paulo - BRASIL)

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  2. La veritat és que el vídeo m'ha impactat, sembla que ésser diferent és una manera d'entrar a una institució mental que deia Nietzsche, hui seria entrar al món dels fàrmacs i els metges.
    Ja he signat per suposat, si és que la meua signatura serveix per alguna cosa, jo he posat el meu granet d'arena.

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  3. Hola,

    Me parece muy interesante la iniciativa y de entrada estoy muy de acuerdo. ¿Podrían por favor explicarme qué se hará con las firmas recogidas? No logré encontrar información al respecto. También me gustaría saber quiénes podemos firmar dicha iniciativa. Por ejemplo yo estudie, y ejerzo, la psicología en Colombia, por lo cual no sé si es pertinente firmar esta iniciativa de Barcelona y Buenos Aires.

    Realmente espero que me puedan colaborar con estas dudas. ¡Muchos éxitos!

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  4. Gracias por los comentarios, Gerardo. La campaña es internacional, por lo tanto se recogen firmas de todos los países. Actualmente se han redactado manifiestos en Buenos Aires, París y Barcelona. Próximamente, este mismo mes, aparecerá un nuevo manifiesto en Brasil. La intención es presentar todas las firmas recogidas (a finales de 2012) en la OMS. Saludos y te agradeceremos que difundas los manifiestos en tu país.

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  5. Me parece importantisimo el hacer de conocimmiento general la poca atencion con la que algunas instituciones realizan diagnosticofs carentes de criterio.
    Perdiendo de visuta el comportamiento de el individuo como tal, afectando de manera trascendental la vida del paciente. Resulta negligente.

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